sábado, 29 de marzo de 2014

Lo que Iberoamérica debe a Sefarad (Parte II). Etnogénesis del pueblo judío (1800 a.C. - 135 d.C.)

Biblia de Cervera, año 1300

Etnogénesis del pueblo judío

''Hebreos'' proviene de ‘Ivrīm (עברים), y es el nombre del pueblo de pastores semitas originarios de Ur (cerca de Eridu, en Mesopotamia) que emigró a Canaán, como consecuencia de una revelación que su patriarca Abram (quien a partir de ese momento pasa a llamarse Abraham) recibió del Dios único יהוה, cuyo nombre es de pronunciación desconocida. Dios hizo un Pacto con Abraham, que incluye un sacrificio de sangre, la circuncisión, la cual en adelante habrá de imponerse a sus descendientes a los ocho días de nacer. Ellos serán ''los Hijos del Pacto''. Este hecho habría ocurrido hace unos 3.800 años, coincidiendo con los orígenes de la civilización. El gentilicio ''hebreo'' sería incluso anterior, pudiendo remontarse al patriarca Éber o Heber, de quien Abraham sería descendiente en sexto grado, hace unos 5.000 años.

Ciudades de la Antigua Sumeria. Créditos: Crates


















 



En esta región del mundo, la Mesopotamia, -''tierra entre ríos'', el Tigris y el Éufrates-, se originaron aportes culturales tan universales como las pirámides, que también aparecen en América. Además, los nombres para el Cielo, la Tierra y el Inframundo, son los mismos en lengua sumeria (An, Ki, Kur) y en lengua quechua (Hanan, Kai, Uku) que suponemos originaria de Perú. 

http://indoiberia.blogspot.com/2014/03/y-si-espana-fuera-el-nombre-indigena-de.html

Sigue en discusión la autenticidad de un vaso de piedra, conocido como Fuente Magna, hallada en Bolivia, que fue grabado con caracteres cuneiformes -característicos de Mesopotamia- y pictogramas indígenas americanos de Tiahuanaco.


Inscripciones de aspecto proto-sumerio en la Fuente Magna hallada en Bolivia. Créditos: Bernardo Biados (arqueólogo y docente argentino)

Según la tradición, el segundo patriarca hebreo fue Isaac, el hijo de Abraham y de Sara. Las figuras de Abraham y de Isaac son populares en Iberoamérica por el episodio en el cual Abraham estuvo a punto de sacrificar a Isaac, luego de que Dios se lo pidiera para probar su fidelidad. Luego el propio Dios lo detuvo. Los indígenas americanos también realizaban sacrificios humanos, así que esta historia, -una vez difundida en el Nuevo Mundo- resolvía una cuestión religiosa que estaba pendiente. También la circuncisión era una práctica conocida en América.


Lámina dibujada por el cronista indígena Guaman Poma, en la que se observa al patriarca Abraham a punto de sacrificar a su hijo Isaac. Dado que Abraham es un patriarca postdiluviano, Guaman Poma lo sitúa dentro de lo que sería ''la Tercera Edad del Mundo'' en la cosmogonía indígena. Hacia el año 1600 d. C. Fuente: img.kb.dk/ha/manus/POMA/poma550/POMA0026.jpg

Según la tradición hebrea, el hijo de Isaac y Rebeca fue Jacob. Con Jacob, se produjo un nuevo cambio de nombre por el que los hebreos pasaron a llamarse ''israelitas'', debido a que este patriarca tomó el nombre de ''Yisra'el'' o ''Israel'' por haber luchado contra un ángel o manifestación de Dios llamado Elohim. Durante la evangelización de México, esta historia tiene que haber impresionado a los aztecas, quienes, a lo largo de su peregrinación cambiaron varias veces de nombre, y en una oportunidad, por haber luchado con una manifestación de la divinidad llamada Mextli, momento a partir del cual pasaron a llamarse méxicas.

Jacob lucha con el Ángel. 
Interpretación de Gustave Doré, 1855.
El nombre ''Israel'' (''Hijos de Israel'') se encuentra grabado en la Estela de Merenptah, de origen egipcio, datada en el año 1210 a. C., hace unos 3.200 años. En dicha estela el pueblo israelita no es identificado con un territorio concreto.





Estela de Merenptah.
Fuente: Wikipedia.
Siempre según la tradición, Jacob tuvo doce hijos de los cuales descienden las doce tribus de Israel. Corría el siglo XVIII a.C. (1800-1740 fechas aproximadas) cuando uno de ellos, el más consentido y envidiado, José, fue vendido como esclavo del faraón por sus propios hermanos. Nombre de origen hebreo, muy común entre nosotros, hasta el siglo XIX se escribía Joseph.


José representado en la Biblia de Alba, un texto sincrético cuya elaboración fue dirigida por un clérigo cristiano y un rabino judío de España.

A partir del año 1400 a.C., hace unos 3.400 años, las tribus hebreas iniciaron la conquista de Canaán, región que coincide con lo que sería en la actualidad, parte de Israel, Gaza y Cisjordania, Siria y Líbano. El cambio de nombre, de ''hebreos'' a ''israelitas'', se corresponde con la conquista de Canaán, que fue, en realidad, un proceso de penetración muy lento, no solo de los hebreos, sino de otros pueblos, como los amorreos, hicsos, hurritas, egipcios, y ''pueblos del mar''.

Pero una vez que los hebreos se asentaron en Canaán, una hambruna azotó la región, entre los años 1400-1300, haciendo que emigraran a Egipto, en calidad, primero de trabajadores, y luego de siervos y esclavos del faraón. 

Hacia el 1300-1200 se produjo una nueva transformación, cuando se rebelaron bajo la dirección de Moisés (''salvado de las aguas''), que podría haber sido un Príncipe egipcio de origen hebreo. La historia de su nacimiento recuerda una serie de tradiciones de nacimientos similares en el Cercano Oriente pero también en otras partes del mundo, incluida América.


Los hebreos son esclavizados por los egipcios. Manuscrito sefardita de Barcelona, realizado en el siglo XIV

Egipto estaba atravesando, en ese momento, por una serie de conflictos religiosos, desencadenados por la reforma religiosa monoteísta del faraón Akenatón, hacia el 1353-1336 a.C. Dicha reforma afectó también otros planos de la cultura, la vida social y política, e incluso el arte, donde las figuras aparecen representadas con un cráneo alargado que recuerda las deformaciones craneanas de los indios americanos. La misma capital fue trasladada a El Amarna.


Las hijas de Akenaton. Estilo de El Amarna. 












 

La salida de Egipto y la peregrinación por el desierto bajo la dirección de Moisés se conocen como el Éxodo, un proceso durante el cual las tribus israelitas experimentan nuevas transformaciones. 


El tema del Éxodo en un manuscrito sefardita del siglo XIV, conocido como Haggadah de los Pajaritos.

Al llegar al Monte Sinaí, en la península de Asia situada al nordeste de Egipto, Moisés recibió de Dios el Decálogo o Diez Mandamientos con el encargo de trasmitirlo a los israelitas. De esta forma renovaron el Pacto con Dios. El hecho habría tenido lugar en el año 1250 a.C.

Vista desde lo alto del Monte Sinaí. Créditos: Drozdp

Estos Diez Mandamientos luego pasaron a la Iglesia cristiana y al Catecismo católico, desde donde se difundieron por América. En tiempos prehispánicos los indios americanos tenían una versión propia de los Mandamientos, que en el área andina se conocen como Suma Qamaña, ''saber vivir y saber convivir''.


Manuscrito sefardita que contiene los Diez Mandamientos de Moisés. Realizado en el año 1768 por Jecutiel Sofer.

En el año 1240 a.C., los israelitas cruzaron el río Jordán y conquistaron Jericó, desde donde pudieron extenderse por la zona montañosa de Canaán, y lentamente absorbieron la cultura cananea. Esta conquista tuvo lugar bajo la dirección de Josué, sucesor de Moisés, y su consecuencia fue el asentamiento de las doce tribus de Israel en la tierra de Canaán.


Mapa de las doce tribus de Israel a partir del año 1200. 
Créditos: Kordas.





























Con Samuel organizaron una administración dirigida por Jueces, y con Saúl, fundaron la monarquía, hacia los años 1020-1007 a.C. En ese momento, Israel se organizó por primera vez como un Estado. Saúl fue sucedido por David, entre los años 1010 y 970. El reinado de David condujo a Israel a una fase de esplendor, que tuvo su momento culminante bajo el reinado de Salomón, entre los años 970 y 930 a.C. Entre sus logros más notables se mencionan la construcción del Templo y el establecimiento de relaciones comerciales con países como Saba, Tarsis y Ofir, cuya localización se discute.

Es durante el reinado de Salomón que aparece la primera referencia a las naves de Tarsis, localidad cuya ubicación sigue siendo motivo de polémica, pero que una corriente identifica con la capital de Tartessos, en España, cuya influencia se habría sentido en Huelva, Sevilla y Cádiz. También se ha planteado que podría corresponderse con las costas de Italia o Grecia. Sin embargo, este dato no es seguro, ya que Tarsis también se puede interpretar como un lugar del Próximo Oriente.

En el año 924 a.C., Israel se dividió en dos reinos: Israel al Norte, con capital en Samaria y Judá al Sur, con capital en Jerusalén. Hacia el año 650 a.C., el Reino de Judá vivió una etapa de esplendor político y comercial debido a la demanda de aceite de oliva, convirtiéndose en el centro cultural, económico y político más importante de la región. El nombre Judá, deriva del de uno de los patriarcas hijo de Jacob, y de este deriva, a su vez, el gentilicio judío, que significa ''natural de Judá'', y etimológicamente, ''alaba al eterno''. El Reino de Judá fue conquistado entre los años 597 y 582 a.C. por los babilonios.


Reinos de Israel y de Judá hacia el año 830 a.C. Fuente: Wikipedia




















Después de estas fechas, los israelitas empezaron a ser conocidos como judíos, y se produjo, además, una primera Diáspora judía, así como la destrucción del Primer Templo. Los judíos perdieron su independencia bajo los imperios asirio, babilonio, aqueménida y seléucida, hasta que los Macabeos organizaron un movimiento de liberación entre los años 164 y 63 a.C., que dio origen a la dinastía asmonea. Es decir, los judíos perdieron su independencia política durante unos 400 años.


Revuelta de los Macabeos y formación del Reino de los Asmoneos.
Créditos: Wikipedia.




















La dinastía asmonea reinó entre los años 164 y 63 a. C., hasta que los romanos, dirigidos por Pompeyo, conquistaron el país. En los primeros años del siglo I, el cristianismo surgió como un movimiento religioso de resistencia pacífica, que tomó un fuerte impulso hacia el año 50 d.C.


Ichtus o Ichtys, palabra que significa ''pez'', y al mismo tiempo es el acrónimo de Cristo entre los cristianos primitivos. Fuente: Wikimedia.

Entre los años 66 y 73 d.C., los judíos organizaron una revuelta contra el Imperio romano. En el año 70, los romanos sitiaron Jerusalén, y en el año 73, Masada. La ciudad de Jerusalén y el Segundo Templo fueron saqueados y destruidos. Según Flavio Josefo, durante el sitio de Jerusalén murieron más de 1 millón de judíos.


Columna romana en el muro interior del Arco de Tito, conmemorando el saqueo y destrucción de Jerusalén y de su Templo. Fuente: Wikipedia.

Una nueva revuelta contra el Imperio romano se produjo entre los años 132 y 135 d.C., la rebelión de Bar Kojba. La revuelta fue aplastada por el Emperador Adriano, -de origen hispano- quien expulsó a la población y reconstruyó Jerusalén como una colonia romana con el nombre de Aelia Capitolina. Después del año 135 d.C., tuvo lugar la Diáspora judía más importante. Aunque hubo judíos que nunca abandonaron su tierra, la mayor parte de los judíos se dispersaron por el Imperio romano. No volvería a existir un Estado judío hasta el año 1948.


Fuente y créditos: safed-tzfat.blogspot.com/2011/01/el-genoma-revela-que-las-dos-ramas-de.html

Los estudios genéticos demuestran que hacia el año 70 d.C., muchos judíos se establecieron en Italia, desde donde emigraron hacia otros puntos del Imperio romano, dando origen a dos grandes ramas de la familia judía, ashkenazis (Europa Oriental) y sefarditas, en España.

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