El 18 de octubre de 1807, las tropas de Napoleón Bonaparte ocuparon España. El 17 de marzo de 1808, se produjo el Motín de Aranjuez. El 2 de mayo, tuvo lugar el levantamiento del pueblo español contra las tropas de ocupación.
España, América, y Filipinas, eran entonces una comunidad dinástica: el Reino de España e Indias (Filipinas, con sus dependencias, formaba parte del Virreinato de Nueva España o México), donde el Reino de Indias tenía el mismo estatus jurídico que Castilla y León, o Aragón. Como decía el economista Bernardo Ward (1779), ''el monarca español no gobierna en América islas ni colonias, sino Reinos e Imperios''.
La Guerra de la Independencia Española (1808-1814) tuvo como escenario cuatro continentes, por no decir cinco: algunas dependencias de Nueva España y de Perú corresponderían a Oceanía.
Las Juntas de España
El 2 de mayo de 1808, un Bando del Alcalde de Móstoles fue pregonado en este pueblo situado muy cerca de Madrid: ''La Patria está en peligro [...] Españoles: acudid a salvarla'', fórmula utilizada luego en América. Extremadura fue la primera región en responder al llamado.
En los siguientes días de mayo se formó Junta en Oviedo, Asturias, donde la Resistencia se había reiniciado el 9 de mayo con una algarabía popular y la toma del edificio de la Real Audiencia, sustituida ese mismo día por una Junta, que no era otra cosa que la institución más tradicional de Asturias, la Junta General del Principado.
Esta se dio un ''Plan Orgánico'' y procedió a formar su propio ejército, por lo cual, asumió características revolucionarias. La Arenga patriótica del Marqués de Santa Cruz encendió la chispa :
No era un movimiento revolucionario de corte inglés o francés, pero en cambio pertenecía al contexto de los levantamientos patrióticos que la expansión napoleónica provocaría más tarde en diversos países europeos. Pero tampoco puede reducirse a un estallido nacionalista, porque reemplazó un orden formado por instituciones más bien elitistas (que consideraba adictas al invasor), por otras, más democráticas.
Esto se hizo evidente el día 25, cuando, a título expreso, la Junta Suprema de Oviedo se consideró depositaria de la soberanía de la Nación (ante la ausencia de un Rey legítimo) y en consecuencia se constituyó como organismo de autogobierno, reasumiendo la soberanía popular originaria; entendiendo a la monarquía como institución usufructuaria. Se trataba del concepto español de soberanía, por más que en la época hubiera influencias ideológicas de otros países de Europa.
Luego, la Junta de Galicia publicó que había ''reasumido en sí la soberanía [...] habiéndose declarado independiente [...] del gobierno de Madrid''. La de Murcia, que ''el pueblo reasume la soberanía''. Fórmula que fue tomada por los revolucionarios americanos. La Junta de Oviedo se constituyó en modelo para todas las demás Juntas, algunas consideradas Locales y otras Supremas, según su alcance, incluyendo la de Sevilla (27 de mayo de 1808), donde el 25 de septiembre se constituyó una Junta Suprema Central Gubernativa de España e Indias, con diversas secciones de gobierno, y donde estuvieron representadas todas las provincias.
La Junta Suprema fue la que confirmó que ''las Indias no son colonias de España''. En la práctica, estas Juntas sustituyeron a la antigua administración: esto convirtió claramente al movimiento patriótico en Revolución Hispánica, como la llamó, en 1933, el historiador uruguayo Felipe Ferreiro. Además, la Guerra de Independencia se hizo popular y apareció un fenómeno propio de las revoluciones modernas; los guerrilleros de la Independencia, de donde surgieron figuras como Espoz y Mina o Juan Martín el Empecinado.
La Guerra favoreció también, la participación de militares profesionales hispanoamericanos. El 19 de julio de 1808, en Bailén, cerca de Jaén, un joven Capitán rioplatense, José de San Martín, derrotó al ejército francés, movilizado con el objetivo de ocupar Andalucía. Fue la primera derrota francesa.
Monumento a San Martín en Madrid. Créditos: Carlos Delgado |
En noviembre de 1808, la Junta Central dictó un ''Reglamento de Partidas y Cuadrillas'' para organizar la lucha armada.
Las Juntas americanas
El movimiento se extendió espontáneamente por América, alcanzando Ciudad de México (agosto-septiembre de 1808); Montevideo (21 de septiembre); Chuquisaca o Sucre, actual Bolivia (25 de mayo de 1809); La Paz (16 de julio); Quito (10 de agosto); Caracas (19 de abril de 1810); Cartagena (22 de mayo); Buenos Aires (25 de mayo); Santiago de Cali, actual Colombia (3 de julio); Santa Fe de Bogotá (20 de julio); Dolores, México, (16 de septiembre); Santiago de Chile (18 de septiembre); arroyo Asencio, Uruguay (27 de febrero de 1811); Asunción (15 de mayo); San Salvador, Guatemala (5 de noviembre), y así sucesivamente, siendo una de las últimas, la de Cusco, (3 de agosto de 1814), ya al final del periodo.
Los fundamentos en los que se basaban eran los mismos que en España. El 3 de agosto de 1808, la Junta de Sevilla había lanzado un Manifiesto donde se explicaba:
''El Reino se halló repentinamente sin Rey y sin gobierno [legítimo] [...] el pueblo reasumió legalmente el Poder de crear un gobierno [...] el Poder Legislativo, pues, ha quedado en las Juntas Supremas y por este Poder han gobernado y gobiernan con verdadera autoridad''.
Además, el 22 de enero de 1809, la Junta Central dio a conocer un decreto donde se hacía este razonamiento:
''Que los vastos y preciosos dominios que España posee en las Indias, no son propiamente colonias o factorías, como las de otras naciones, sino una parte esencial o integrante de la Monarquía Española; y deseando estrechar de un modo indisoluble los sagrados vínculos que unen a unos y otros dominios, como asimismo corresponder a la heroica lealtad de que acaban de dar decidida prueba a España [...] se ha servido S.M. declarar, que los Reinos, Provincias e Islas que forman los referidos dominios, deben tener representación nacional e inmediata a su Real Persona, y constituir parte de la Junta Central Gubernativa del Reino, por medio de sus correspondientes diputados''
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