sábado, 12 de abril de 2014

Quina: Un hallazgo de la farmacología hispano-americana que revolucionó la medicina internacional durante 300 años. Antiguos procedimientos usados para extraer los alcaloides de la quina (Parte 4).

Corteza de quino o quina.
(Cinchona officinalis)
Fuente: Zell. Wikimedia.

Quina: Un hallazgo de la farmacología hispano-americana que revolucionó la medicina internacional durante 300 años. Antiguos procedimientos usados para extraer los alcaloides de la quina (Parte 4).

Si quino es el nombre del árbol del cual se extrae la corteza o quina, las propiedades curativas que desde hace siglos se ha observado que posee esta, dependen de un alcaloide conocido como quinina. La corteza del quino posee grandes cantidades de quinina, que también puede hallarse en otras especies de plantas.

Desde el siglo XVII, la quina se reducía a polvo para poder fabricar un extracto que conservara, concentradas, sus propiedades. En el siglo XVIII surgió el interés por fabricar un producto todavía más concentrado. Con esta finalidad, se mezclaba, en América, con cal y alcohol, procedimiento que libera el alcaloide contenido en la quina, obteniendo el quinio, producto rico en quinina. 


Se llamaba extracto seco al preparado que se obtiene a partir de 1.000 gramos se corteza de quina y etanol al 60%. Se obtiene por percolación y contiene un 10% de alcaloides totales. Se denominaba extracto fluido al que se obtiene a partir de 1.000 gramos se corteza de quina, 200 gramos de solución diluida de ácido clorhídrico, 100 gramos de glicerol, y etanol al 60%. El vino de quina se obtenía mezclando 50 partes de extracto fluido en 950 partes de vino de Jérez, según las recetas de la farmacopea española. El vino tónico se elaboraba con 5 partes de extracto de quina, 1 parte de extracto de cola, 7 partes de etanol al 95%, 2 partes de glicerina, 15 partes de agua purificada, 5 partes de tintura de nuez vómica, 50 partes de tintura de naranjas dulces, 200 partes de jarabe de lactofosfato cálcico y 715 parte de vino tipo Málaga dorado.

Los primeros europeos que trataron de producir ácido quínico fueron el alemán Hofmann, en 1790, y el francés Vauquelin en 1806. En ese año, Gómez de Lisboa logró extraer de un compuesto de quina una sustancia cristalizada, que llamó cinconina, experimento que fue replicado por los franceses Pierre Joseph Pelletier y Joseph Bienaimé Caventou, descubriendo que la cinconina era una base o álcali (en árabe ''ceniza''), es decir una sustancia con propiedades alcalinas, vale decir, que puede neutralizar ácidos.

En 1820, Pelletier y Caventou aislaron la quinina, el alcaloide de la quina que produce los efectos febrífugos. El método de Pelletier y Caventou permitía obtener lo que entonces se llamaba sal de quinina, y consistía en hervir polvo de quina mezclado con 8 o 10 veces su peso de agua a la que se añadía un 12% de ácido sulfúrico concentrado o 25% de ácido clorhídrico. Después de una hora de ebullición, momento en que el producto adquiría un color rojizo, se colaba la decocción por un lienzo y se sometía el residuo al mismo tratamiento dos o tres veces más aunque con menos ácido. 

Los líquidos obtenidos se trataban por medio de una lechada de cal para precipitar las bases de la quina, con lo cual el producto tomaba un color verdoso. Se dejaba escurrir y se prensaba. Luego se ponía a macerar en vasos cerrados y a baño María con alcohol de concentración variable. Al enfriar, y evaporarse el alcohol, se transformaba en una masa de cristales o sulfato de quinina que se guardaba en vasos o latas.


Caventou y Pelletier, de la Academia de Ciencias de Francia.














Los alcaloides son sustancias que tienen un efecto fisiológico intenso en los animales, tales como la cafeína y la nicotina. Se trata de compuestos químicos sintetizados por las mismas plantas que tienen en común su hidrosolubilidad a pH ácido y su solubilidad en solventes orgánicos a pH alcalino. El nombre ''alcaloide'' fue acuñado en el año 1819 por el químico alemán Carl Wilhelm Meissner para referirse a productos de origen vegetal que mostraban las mismas propiedades que los álcalis o propiedades de las bases, contrapuestas a los ácidos.

Fuente: Diccionario Enciclopédico Hispano-Americano de Literatura, Ciencias, Artes, Etc. Edición profusamente ilustrada. Tomo XVII. Editores Montaner y Simón, Barcelona/ W. M. Jackson, Inc., Nueva York, pp. 811 y ss. S/d, circa 1900.

Anales Medicina y Cirugía (España), Vol. LVII, N° 249: ''La quinina es un viejo fármaco que no cabe relegar al olvido'', por B. Rodríguez Arias y Ma Cristina Armenter Ferrando, Licenciado en Farmacia, 1977.

http://www.raco.cat/index.php/AnalesMedicina/article/viewFile/97914/152784


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