martes, 21 de octubre de 2014

12 de octubre: El proyecto de Colón no era ''descubrir América'', sino una ruta hacia las Indias por el Oeste. A pesar de todas las aclaraciones, siguen apareciendo artículos del tipo ''¿Fue Cristóbal Colón el primero en descubrir América?'', ''¿Robó Colón la autoría del descubrimiento de América?''. (Parte I)

12 de octubre: El proyecto de Colón no era ''descubrir América'', sino una ruta a las Indias por el Oeste. A pesar de todas las aclaraciones, siguen apareciendo artículos del tipo ''¿Fue Cristóbal Colón el primero en descubrir América?'', ''¿Robó Colón la autoría del descubrimiento de América?''.

Un artículo reciente de RT, publicado en la sección ''Cultura'' se titula: ''¿Robó Cristóbal Colón la autoría del descubrimiento de América?'', y en la entradilla se puede leer: ''El escritor e historiador Gary Knight, en su libro 'Forgotten Brothers' ('Los Hermanos Olvidados'), acusa a Colón de robar el crédito del descubierto del Nuevo Mundo a los hermanos Pinzón: Martín Alonso y Vicente Yánez, quienes fueron capitanes de La Pinta y La Niña, respectivamente, según informa 'The Telegraph'. "Nos han enseñado que Colón hizo el primer viaje a América. Una tontería. Deberíamos cambiar el Día de la Raza por el Día del Charlatán", considera Knight en su obra''.


Colón no necesitaba ''robar'' un secreto a voces; lo daba por sobreentendido y lo tomó como insumo

Empecemos por decir que el señor Gary Knight no está descubriendo la pólvora. La tesis del ''secreto que robó Colón'' pertenece a un español, Juan Manzano y Manzano. Por otro lado, la hipótesis de un viaje precolombino de descubrimiento de América (es decir, antes de 1492) data de los tiempos del propio Cristóbal Colón, y desde entonces hay decenas de autores que la han desarrollado. Lo interesante es que el mismo Cristóbal Colón se basó en este tipo de indicios que usó para reforzar su argumentación y que en consecuencia, no ocultó

En primer lugar, en tiempos de Colón, se sabía muy bien, por referencias de autores que habían vivido siglos antes de Colón, que al Oeste del Meridiano de las Islas Afortunadas (Islas Canarias) había tierras emergidas:

Representación esquemática del mundo según los griegos, donde Hesperia son las tierras del Oeste del Ecumene (1/4 de todas las tierras emergidas) y las Hespéridas se situán más allá del Meridiano de las Islas Afortunadas (Islas Canarias) en el Extremo Occidente.
Las Antillas en un mapa de 1455 de Bartolomé Pareto
En segundo lugar, también se sabía perfectamente desde los tiempos de Eratóstenes (que también planteó la primera hipótesis heliocéntrica) que la Tierra era esférica (es decir, geoide), -e incluso Eratóstenes calculó la medida de la circunferencia de la Tierra- y que Europa era apenas una región de la Ecumene, masa de tierras emergidas que apenas abarcaría (según autores de como Cratete o Crates de Mallo que vivió en el siglo II antes de Cristo), una cuarta parte de todas las tierras emergidas. 

En el Globo de Crates, diseñado hace 2.200 años se pueden ver, al Oeste de la Ecumene, dos grandes masas de tierras que recuerdan a Norteamérica y Suramérica. Muy al Sur de la Ecumene se puede ver otra gran masa de tierra que recuerda la Antártida. Aunque se trataba de hipótesis geográficas derivadas de una teoría del equilibrio, estaban bien argumentadas (por lo que sabemos a través de otros autores antiguos) en evidencias indirectas, tomada de la gnómica (''ciencia de las sombras''):

Globo terráqueo de Crates
Así que Colón no necesitaba ''robar'' algo que era un secreto a voces. El mapa del cartógrafo de Colón, Juan de la Cosa, reproduce la distribución de masas terrestres del Globo de Crates, por eso allí encontramos algo parecido a Norteamérica y Suramérica. Data del año 1500, cuando recién empezaban a explorarse las costas de Venezuela y Brasil, por el mismo Cristóbal Colón y por otros navegantes.

Mapa de Juan de la Cosa, con el Oeste hacia arriba y San Cristóbal como referente. En el Oeste (arriba) se ven dos grandes masas de tierra verde que recuerdan a Norteamérica y Suramérica. Abajo, la Ecumene.

A lo largo de los 1649 años que median entre la enunciación de la hipótesis de Crates, y 1492, está claro que hombres de muchas culturas intentarían recoger las evidencias que la demostraran. 

Un buen ejemplo podrían ser las expediciones organizadas por Abubakari II en los años 1310 y 1311, la primera formada por 400 naves, la segunda por 4.000 canoas. La historia de estos viajes está viva en la tradición oral de los pueblos de Malí. Los retratos cerámicos de los indios moches, que son fotográficos, y que datan del año 1000, nos podrían estar diciendo, incluso, que hubo expedicionarios africanos que salieron de Malí siglos antes de Abubakari II, y que para 1310 estos viajes ya no eran una novedad:

Museo Moche virtual (en Internet). Piezas F 834 y F 835
(Existen muchas otras similares).
Pero los mismos eruditos afroárabes nos dicen quiénes los precedieron en sus viajes del año 1000: los españoles. Es decir, los ibéricos de aquella fecha, que habitaban una región llamada Hispania. Fray Gregorio García en su tratado sobre El Origen de los Indios del Nuevo Mundo, editado en Valencia, en 1607, cita al cronista afroárabe Al Tarif Albucacín como evidencia de presencia ibérica en el Extremo Occidente antes de 1492:

''Lo cual hace verosímil la acción de Sacara, Gobernador de Mérida [capital de Extremadura, en España], de quien refiere Albucacín [Al Tarif Albucacín, jefe militar y cronista moro] que viéndose precisado a rendir la plaza a los moros por capitulación [es decir, en el año 713], se pasó con los cristianos a las Islas [Canarias o Antillas]''. Libro IV, pág. 189.

Los artistas indígenas moches, con su realismo fotográfico representaron personas como esta en América, antes del año 1000:

Museo Moche virtual, en Internet. Fieza F 797. Existen otras similares.
El celébre erudito Martin Behaim consideró muy importante registrar esta inscripción en su Globo Terráqueo:

''Según se cuenta, el año 734 después del nacimiento de Cristo, cuando toda España resultó conquistada por los paganos de África, fue poblada la isla de Antilia, llamada Septe citade, por un arzobispo de Porto (Portugal), acompañado de seis obispos y otros cristianos, hombres y mujeres, que escaparon de España embarcados. En el año 1411, un buque español llegó hasta dicha isla''.

1411. Unos 81 años antes de Colón una expedición ibérica había visitado una isla poblada por ibéricos unos 677 años antes.

El desafío de Colón no era descubrir un Nuevo Mundo

Más allá de estas evidencias, el objetivo de Colón no era descubrir un Nuevo Mundo, sino hallar una ruta a las Indias por el Oeste. La posible existencia de esta ruta, era una hipótesis ya conocida por los romanos, siglos antes de Colón. Y antes de los romanos, por los cartagineses, como nos informa el mismo Colón. 

Los romanos intentaron seguir a los cartagineses en sus rutas hacia Oeste, pero sin éxito. Entonces buscaron otras fuentes de información. Los funcionarios del Imperio romano contaron a los eruditos como Plinio que en el Norte de Europa se habían producido desembarcos de gente de la India, que había llegado navegando desde el Extremo Occidente. Hasta el día que gente de la misteriosa Trapobana desembarcó en la misma Roma y pidió una entrevista con el emperador Claudio, para contarle que venían de otro hemisferio y deseaban establecer relaciones diplomáticas con la capital del Imperio. Parece también que un comerciante romano llamado Alexandros, después de navegar 3 años, atravesó los Océanos Índico y Pacífico y llegó hasta Chan Chan (conocida luego como Cattigara), en Perú.

La hipótesis de la ruta del Oeste era bien conocida, pero el desafío de Colón, al comenzar la Época Moderna era demostrar su existencia de manera empírica, de forma experimentalY en ese proceso de exploración y confirmación de la ruta del Oeste era posible que se descubriera un Nuevo Mundo ¿por qué no? Es decir, que se confirmara la hipótesis de Crates. Fue lo que hizo Amerigo Vespucci. Se topó con América del Sur, allí donde Crates había colocado las Antípodas. 

Corría el año 1500, y Colón seguía buscando la ruta hacia las Indias por el Oeste, convencido de que estaba explorando las costas de Japón, Corea y China. Eran dos proyectos diferentes para la gente de la época. Colón era el navegante que había descubierto la ruta por el Oeste en un lugar cerca de Japón llamado Antillas, aunque falleció en 1506 sin haber podido entrevistarse con el Gran Khan de China, como él quería; Américo, el descubridor de las Antípodas, (es decir, el polo opuesto de la Ecumene) que en su honor pasaron a llamarse, en 1506, América

Donde descubridor no era el navegante que se había encontrado con tierras desconocidas, sino el que había demostrado su existencia empírica, dado que su existencia teórica ya se intuía. Recién cuando quedó claro que América, -las Antípodas-, y las Antillas -la ruta hacia las Indias por el Oeste- eran la misma cosa, comenzó una dura polémica entre colombinos y anticolombinos sobre la autoría del descubrimiento de América.

El problema no era llegar hasta las Indias por el Norte de Europa, sino por latitudes intertropicales

No era tampoco una novedad para la gente, que los pueblos nórdicos, desde tiempos de los vikingos, incluso, desde los tiempos de los misioneros cristianos celtas, o desde fechas más antiguas, todavía, habían hallado tierras por el Oeste, e incluso se habían asentado en ellas. 

Mapa nórdico precolombino mostrando el conocimiento de tierras en el Extremo Oriente y el Extremo Oriente.
El mismo Cristóbal Colón afirmaba haber llegado a Groenlandia en el año 1477. Marco Polo había dejado indicios sobre una ruta a China por el Norte, a través de lo que hoy conocemos como Alaska, y que para la gente del siglo XIII, era parte de Mongolia. Tanto Marco Polo como Colón colocaban en el mapa a Mongolia donde nosotros ponemos a Norteamérica. Para quien confunde a Mongolia con Norteamérica, Mongolia está cerca de Groenlandia, y eso explica el viaje de Colón de 1477:

http://indoiberia.blogspot.com/2014/09/marco-polo-pudo-haber-obtenido.html

Mapa atribuido a Marco Polo donde se pueden ver las islas del Sur de China, Japón, las islas Aleutianas y el Estrecho de Bering. Biblioteca del Congreso.


















Pero no era esa la ruta que le interesaba a los comerciantes de la época. Hubiera sido una ruta larga, accidentada y difícil. En la mente de la gente de la época, era navegar hasta Thule, en el Extremo Oeste, recorrer las costas de Mongolia, luego las de China, para finalmente llegar a donde interesaba, las islas Molucas, situadas en latitudes intertropicales.

No quiere decir que esta ruta no se haya intentado. Prueba de ello serían los restos de naufragios que llegaban hasta las costas de Europa a través del Atlántico, de los que Colón tomó nota en sus archivos. 

Otra prueba son ciertos mapas anteriores a 1492, que sin embargo recuerdan mapas posteriores de Cristóbal Colón, como el de Henricus Martellus Germanus. Estos mapas tienen la particularidad de que China aparece representada como una enorme península de Asia (que no existe en la realidad, salvo que uno confunda las islas del Sur de China con la China continental), mientras que Mongolia aparece fusionada con algo que recuerda a Norteamérica. Lo curioso es que en mapas anteriores a 1492 esta enorme península de Asia (''India Tercera'') toma la forma de América del Sur, hasta con sus ríos y montañas: 

Reconstrucción en borrador de uno de los últimos mapas de Colón (1505) donde Centroamérica y el Norte de América del Sur aparecen como una gran prolongación de China (Sérica, cerca de la India extragangética) frente a las costas de África y muy cerca de las islas Antillas. La isla de Guanaja en Honduras, aparece situada en China.
Reconstrucción, en borrador, de uno de los últimos mapas de Cristóbal Colón donde la actual Costa Rica aparece situada al Sur de China y frente a las costas de Vietnam.
Mapa de Henricus Martellus, de 1489-1490. China aparece representada como una península de Asia cuya forma recuerda la de América del Sur.
El mérito de Colón radica en haber hallado una ruta directa hacia las Indias (lo que él creía que eran las Indias)

En lugar de esto, Colón buscó una ruta directa hasta las Indias, hasta tal punto que siguió en línea recta desde la isla de El Hierro, o desde la isla Gomera, hasta Guanahani, en las islas Bahamas. Lo que los comerciantes y navegantes de la época necesitaban era esa ruta directa, lineal, matemática, geométrica, desde las islas Canarias hasta el Caribe, coincidiendo casi, con el Trópico de Cáncer. 

Abajo, comparación de la ruta de ida de Colón, con la línea del Trópico de Cáncer:

Ruta directa de ida de Colón durante el primer viaje, siguiendo el paralelo El Hierro-Guanahani. Profesor Miguel Pacheco.

Coordenadas geográficas. Localización del Trópico de Cáncer.

Fuente: Commons

Ese fue el descubrimiento de Colón, que consistió en el descubrimiento de una ruta directa entre El Hierro y Guanahani. Pero además de llegar, había que volver, y el camino de regreso no era el mismo de ida. Haber hallado la ruta de regreso, también fue una hazaña, pero eso es lo que veremos en la Parte II.


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