viernes, 24 de octubre de 2014

12 de octubre: El proyecto de Colón no era ''descubrir América'', sino una ruta hacia las Indias por el Oeste. (Parte II)

12 de octubre: El proyecto de Colón no era ''descubrir América'', sino una ruta hacia las Indias por el Oeste. (Parte II)

En la nota anterior vimos por qué las preguntas ''¿Fue Cristóbal Colón el primero en descubrir América?'', ''¿Robó Cristóbal Colón la autoría del descubrimiento de América?'' no tienen sentido. Si uno observa cómo está diseñado el Globo terráqueo de Crates de Malos, concebido hace 2.200 años, verá que hay muchas ideas de Colón que están prefiguradas allí:

  • La Tierra es geoide y no plana. Eratóstenes incluso calculó la medida de la circunferencia terrestre siguiendo un método especulativo.
  • Existen cuatro grandes masas de tierras emergidas: en el Este, la Oecumene (Ecumene) y Antoeci (Antecos); al Oeste, Perioeci (Periecos) y Antipodes (Antípodas).
  • Ecumene y Periecos forman parte de una gran masa de tierra, aunque separadas por una serie de mares cerrados. Y esto es muy importante: el Extremo Este de Periecos está cerca del Extremo Oeste de la Ecumene. Quiere decir que se puede llegar al Este navegando por el Oeste.
  • A la altura de la Zona Tórrida o Perusta, hay una serie de pasos intercontinentales e interoceánicos. Uno de ellos, coincide con la ruta del Oeste. El problema de la Zona Tórrida era, según la teoría de Macrobio, que debido a las altas temperaturas resultaba intransitable. Era necesario navegar a lo largo de la Franja Templada o Temperata, es decir, a la altura de los Trópicos o un poco más al Norte. Tampoco es posible navegar por latitudes extremas de la Zona Fría porque también se la consideraba intransitable y llena de monstruos.
  • La expresión ''Nuevo Mundo'' proviene de la ambigüedad con la que los geógrafos romanos usaban la palabra ''orbis'' (mundo); por un lado se referían a la Tierra como ''el mundo'', por otro lado se referían a Periecos, Antecos y Antípodas como ''mundos'' paralelos posibles, cuya existencia estuvo pendiente de confirmación hasta que Amerigo Vespucci navegó a lo largo de las costas de América, verificando entonces que existían las Antípodas y anunciando que había estado en un ''mundo'' diferente y ''nuevo'' para los europeos.
Colón no necesitaba robar estos ''secretos'', que para la gente culta eran cuestiones teóricas que hasta cierto punto estaban resueltas y se daban por sobreentendidas. Pero no estaban demostradas de forma empírica, si bien a lo largo de los siglos se había reunido una multitud de evidencias indirectas.

Hasta qué punto el paradigma de Crates fue tenido en cuenta por la gente que participó en la expedición de la Colón, lo demuestra el mapa de Juan de la Cosa, cartógrafo de Colón y explorador de Suramérica, mapa que data del año 1500:


Periecos y Antípodas se convierten en Norteamérica y Suramérica antes de ser exploradas, ya que por 1500 Colón recién estaba explorando las costas de Venezuela, y no podía saber qué había mucho más al Norte o mucho más al Sur. Vemos también que Norteamérica y Suramérica asoman como la continuación de Asia (de la ''India Extragangética''). 

La existencia de Periecos/Norteamérica y Antípodas/Suramérica se daba por sobreentendida por motivos puramente especulativos: si hay una gran masa de tierra en el Este, debería haber también alguna masa de tierra en el Oeste que le haga de contrapeso, de lo contrario el mundo perdería su equilibrio y estabilidad. África y Antecos tienen su contrapeso en las Antípodas/Suramérica, mientras Periecos hace de contrapeso de Europa y Asia. El único elemento de realidad, producto de las exploraciones de Colón, son, en el mapa de Juan de la Cosa, las islas Antillas.

El meridiano de El Hierro

Es más difícil explicar cómo supo Colón, que navegando a lo largo del paralelo El Hierro-La Antilla podía llegar a las Bahamas en la América insular. Y cómo sabía que podía llegar en tres. Sin embargo, esta ruta también fue resultado de la lectura de autores más antiguos, de la teoría y de la intuición. No era necesario que Colón ''robara'' también este ''secreto''. 

La ruta del Primer Viaje de Cristóbal Colón. La señalización en rojo del paralelo El Hierro-Guanahani es nuestra.

En primer lugar, no era un secreto la existencia de la isla de El Hierro, situada en el punto más meridional y más occidental del archipiélago de las Canarias, al Oeste de África. Las islas Canarias ya figuran en el mapa de Ptolomeo, que vivió en el siglo II d.C. en Alejandría, es decir, hace más de 1.846 años. Se las conocía como Hespérides, Elíseas o Bienaventuradas:

Detalle de una copia de un mapa de Ptolomeo (antes del año 168 d.C.), realizada en Polonia en el año 1467.
















Hace poco menos de 2.000 años, Pomponio Mela y Plinio las estudiaron bajo el nombre de Islas Afortunadas. Incluso, Plinio se basó en informes anteriores, como el de Estacio Seboso, que las llama Junonia, Pluvialia, Capraria, Planaria, Convallis, Hespérides y Gorgonas. 

Bartolomé de Las Casas, en su Vida del Almirante, nos dice que Cristóbal Colón tuvo en cuenta estas referencias:

''Plinio también en su lib. II cap. III, dice que el Océano cerca toda la tierra y que su longitud de Oriente a Poniente se cuenta desde la India hasta Cádiz, y en lib VI cap 31, dice con Solino en su Polistor, cap. 68. Estacio Seboso afirma que de las islas Gorgonas, que algunos creen ser las de Cabo Verde, aunque yo dudo mucho dello, como abajo parecerá, hay navegación de cuarenta días por el mar Atlántico hasta las islas Hespérides, que Cristóbal Colón tuvo por cierto que fueron estas Indias''.

El erudito español Juan Tous Meliá ha demostrado que la bibliografía grecolatina sobre islas en el Atlántico debió ser inmensa. Por otra parte, la biblioteca de los hermanos Colón contaba con miles de ejemplares, muchos de ellos manuscritos originales. Colón era un lector erudito, no un charlatán.

El autor antiguo al que Colón se remitía con frecuencia era Claudio Ptolomeo, por haber reunido y sistematizado información de autores anteriores. De acuerdo con Ptolomeo, las islas que formaban el meridiano de las Afortunadas eran, -de Norte a Sur-, Aprósitos, Heras, Pluvialia, Capraria, Canaria y Ninguaria. No es fácil establecer cuál de estas islas era para los antiguos la de El Hierro, la más occidental y las más meridional, que los españoles y otras naciones de Europa usaron como referencia del meridiano origen o meridiano 0, hasta que en 1883 se impuso el meridiano de Greenwich.

En el mapamundi de 1375 atribuido al judío mallorquín Cresques Abraham y realizado por encargo de Pedro V de Aragón, el meridiano origen pasa por la Ynsula de lo Fero (la Isla de El Hierro). La importancia de esto, es que se trata del primer mapa europeo donde aparece un meridiano origen o meridiano 0. Tiene mucho sentido, entonces, que Colón tomara el meridiano de El Hierro como punto de partida de la ruta de su Primer Viaje. Abajo, el mapa de Cresques Abraham.

Detalle del mapa de Cresques Abraham de 1375































En este mapa más de 100 años anterior al viaje de Colón, la isla de El Hierro aparece frente a las costas de África abajo y a la izquierda de La Gomera, con forma de corazón rojo. La atraviesa el meridiano correspondiente, -que divide en dos a la Rosa de los Vientos- y también un paralelo. Más abajo, frente al reino de Malí -representado por las tiendas de los beduinos y los comerciantes montados en camellos-, se ve una embarcación que parte hacia el Oeste. La embarcación lleva una enseña que por el color y disposición de las franjas, parece una bandera de Aragón.


Detalle del mapa de Cresques Abraham, con la ''Insula de lo fero'' (Isla de El Hierro). Créditos: Cartocan.blogspot.com, ''Canarias a través de su historia. Isla de El Hierro o de la Herradura''.
Cresques Abraham fue un cartógrafo de escuela mallorquina, de la que también formó parte Jafuda Cresques, que además fue director de la escuela de Sagres, en Portugal. Estas dos escuelas, íntimamente relacionadas, produjeron numerosos mapas para los reyes de Aragón, que tenían fama de ser aficionados a los mapàs.

Existen mapas de las islas Canarias todavía anteriores a 1375, como el de Angelino Dulcert, de 1339, y si comparamos los dos mapas, nos damos cuenta que las islas más meridionales y occidentales de Canarias fueron exploradas después de 1339 y antes de 1375 por los aragoneses, porque en el portulano de 1339 figuran solo las islas de Lanzarote y Fuerteventura.

El nombre original de la isla era Lo Fero, que en catalán y en italiano significa ''herradura''; una mala traducción al castellano, dio El Hierro. La isla tiene forma de medialuna.

Parece que este nombre catalán, Lo Fero, podría derivar, a su vez, de la voz guanche Esero, ''fuerte'', emparentada con el tuareg azeru, ''muralla rocosa vertical''. Los guanches, emparentados con los bereberes y los tuaregs, habrían colonizado las islas Canarias hace unos 2.000 años.

De acuerdo con el autor de la Historia de la conquista de las siete islas de la Gran Canaria (Molina/Galindo, 1596):

''(...) Los naturales la llamaron Esero, que en su lenguaje quiere decir fuerte; otros dicen que se llama Fero, que es lo mismo, y como ellos no tenían hierro, ni usaban de él, y vieron que el hierro era cosa fuerte, correspondiente al nombre con que llamaban a su tierra, aplicaron este vocablo y nombre de Esero al Hierro''.

http://cartocan.blogspot.com/2010/09/la-isla-de-el-hierro-o-de-la-herradura.html

Azeru suena como ''acero'' en castellano, que deriva del latín acies, ''filo''. Se sabe que por difusión cultural, a través del Imperio romano, algunas palabras del latín pasaron a las lenguas del Norte de África.

Cuando los primeros europeos -que fueron vascos franceses- llegaron a El Hierro, se encontraron con pastores guanches que conocían el ganado caprino, ovino, porcino, y el cultivo de cereales. Puede ser que el nombre Capraria que se le daba en la Antigüedad a algunas de estas islas, tenga algo que ver con este tipo de economía.

Por el Tratado de Alcazovas-Toledo de 1479-1480, Pòrtugal reconoció a Castilla la soberanía sobre las islas de Canaria, incluyendo ''Lanzarote, La Palma, Fuerteventura, La Gomera, el Hierro, la Graciosa, la Gran Canaria, Tenerife e todas las otras islas de Canaria ganadas e por ganar''. Con esto dejaba abierta la posibilidad de que otras islas, situadas hacia el Occidente, quedaran bajo la soberanía de Castilla. 

En cambio, Portugal se aseguraba que los castellanos: ''(...) no turbaran e molestaran ni inquietaran, de hecho ni de derecho, en juicio ni fuera de juicio, a los dichos señores rey a príncipe de Portugal ni a los reyes que por el tiempo fueren de Portugal ni sus reinos, la posesión e casi posesión en que estuvo, en todos los tratos, tierras e rescates de Guinea, con sus minas de oro e cualesquier otras islas, costas, tierras, descubiertas e por descubrir, halladas e por hallar, islas de la Madera , Puerto Santo e Desierto e todas las islas de los Azores e Islas de las Flores cabe las Islas de Cabo Verde e todas las islas que ahora están descubiertas e cualesquier otras islas que se hallaren o conquistaren, de las Islas de la Canaria para ayuso contra Guinea, porque todo lo que es hallado e se hallare, conquistase o descubriere en los dichos términos, allende de que es hallado ocupado o descubierto, queden a los dichos rey e príncipe de Portugal e a sus reinos, quitando solamente las islas de Canaria (...)''.

En 1454, el Papa Nicolás V había concedido al rey Alfonso de Portugal el derecho de conquistar tierras en manos de paganos y moros, y en 1456, el Papa Calixto III reservó para los portugueses, las tierras situadas al Sur del Cabo Bojador, así como la exclusividad de todos los descubrimientos del Atlántico. Por lo tanto, el Tratado de Alcazovas introducía una excepción a favor de Castilla.

A pesar de ser un patrocinador de la cultura humanista y renacentista, Nicolás V emitió en 1452 una bula (Dum Diversas) en la que concedía al rey de Portugal, el derecho de esclavizar de por vida y en forma hereditaria a cualquier ''sarraceno, pagano, y cualquier otro incrédulo'', con lo cual legitimaba el comercio de esclavos de los portugueses en África. En 1455 reafirmó esta disposición con la bula Romanus Pontifex. Nicolás V consideró que por esta vía financiaba la Cruzada contra los turcos, la expansión del cristianismo, y el florecimiento de la cultura humanista y renacentista.

Nicolás V murió siendo impopular en Roma, que conspiraba en su contra, en un contexto de inestabilidad. En este contexto, y en un momento que la influencia de España ya se hacía sentir en Europa, fue elegido sucesor Alfons de Borja i Cavanilles, originario de Aragón, que tomó el nombre de Calixto III. Una de sus primeras medidas fue anular el juicio que en 1431 había condenado a Juana de Arco. Sin embargo, en 1456 promulgó la bula Inter Caetera que aseguraba a los portugueses la exclusividad de la navegación a lo largo de la costa africana. Calixto III murió en 1458, enemistado con Aragón.

Pío II sucedió a Calixto III hasta 1464. Nacido con el nombre de Eneas Silvio Piccolomini fue uno de los humanistas más eruditos del Renacimiento, y al mismo tiempo fomentó una Cruzada contra los turcos con la esperanza de recuperar Constantinopla, cuya caída se produjo en 1453. Lo sucedió a su muerte Paulo II, que falleció en 1471, y fue a su vez, sucedido por Sixto IV, de la Orden Franciscana.

Nacido con el nombre de Francesco della Rovere, Sixto IV introdujo, a solicitud de Fernando II de Aragón, un Inquisidor en Sevilla, en 1478. Al mismo tiempo, trató de controlar y reglamentar la Inquisición, y de combatir la expansión del Imperio turco. Fue él quien instituyó la celebración del Día de la Inmaculada Concepción de la Virgen María, el 8 de diciembre, y quien llevó el primer equipo de artistas a la Capilla Sixtina, que le debe su nombre.

Este era el contexto cuando Castilla y Aragón celebraron con Portugal el Tratado de Alcazovas-Toledo de 1479-1480, que fue ante todo un Tratado de Paz entre los reinos ibéricos. El Tratado fue firmado por Isabel I de Castilla, Fernando II de Aragón, Alfonso V de Portugal, y Juan, el príncipe heredero de Portugal. Resolvió cuestiones de soberanía territorial dentro de la Península ibérica y conflictos por el ejercicio de la soberanía marítima en el Atlántico, que se venían suscitando desde 1475.

Sixto IV refrendó el Tratado de Alcazovas-Toledo de 1479-1480 mediante la bula Aeternis regis de 1481. Esta bula también confirmó la validez de las bulas anteriores, la Romanus Pontifex de 1455, y la Inter Caetera de 1456.

En este contexto, Castilla llevó a cabo la Conquista de la isla Gran Canaria (1478-1483), La Palma (1492-1493), y Tenerife (1494-1496). Antes de 1478, hubo un periodo de Conquista Señorial,  que se divide en Conquista Señorial Normanda entre 1402 y 1405, y de Conquista Castellana entre 1418 y 1477. La isla de El Hierro fue conquistada durante el periodo normando.

La Conquista realenga, dirigida por Isabel de Castilla, y Fernando de Aragón, contaba con la experiencia del periodo anterior, y a su vez generó una experiencia propia, capaz de transferirse a nuevos contextos. Durante la Conquista de Canarias se presentaron situaciones de alianzas y guerras entre guanches y castellanos, en algunos casos anteriores, y en otros casos contemporáneas de las que se dieron en América entre los taínos y los castellanos. Por otro lado, los castellanos venían de una experiencia de alianzas y guerras entre moros y cristianos. Al final, los castellanos terminaron fusionándose con los moros, los guanches, y los taínos, para dar lugar al hispano moderno. Colón llegó a las Bahamas en 1492, el mismo año de la Conquista de La Palma, en Canarias, y de Granada, en Andalucía.

Inocencio VIII fue Papa entre 1484 y 1492. Preocupado por la herejía y la brujería, impulsó la Inquisición y la persecución de las brujas. En 1487 nombró a Tomás de Torquemada como Gran Inquisidor de España y promulgó la bula Summis desiderantes affectibus, que al inspirar la obra Malleus Maleficarum, justificó la persecución de las brujas.

Este era el panorama, cuando Roderic de Borja, nacido en Valencia, Aragón, sobrino del Papa Calixto III -Rodrigo de Borja en castellano y Borgia en italiano- fue elegido Papa -después de una destacada carrera dentro de la Iglesia-, y tomó el nombre de Alejandro VI. El nuevo Papa fue el autor de las Bulas Alejandrinas de 1493, que trataron de resolver los conflictos de soberanía marítima entre España y Portugal pero en el contexto del Descubrimiento de América. Dichas bulas fueron las dos Inter cœtera Eximiœ devotionis y Dudum siquidem que sirvieron de base al Tratado de Tordesillas de 1494.

El relato de este proceso nos permite entender cuál era en realidad el contexto de 1492. El archipiélago de Canarias era bien conocido, y ya empezaban a organizarse las primeras expediciones en busca de tierras hacia el Oeste. Parecía que iba a abrirse un segundo capítulo de la Conquista Señorial. Había demasiada gente sabiendo que existían tierras por el Oeste. Al mismo tiempo, había empezado a surgir, a partir de las Bulas papales y los Tratados entre reinos ibéricos, el Derecho Internacional característico de la Época Moderna. Tanto la Conquista como el naciente Derecho Internacional estaban sujetos a una fuerte crítica teológica y jurídica.

Este contexto explica lo que pasó de manera mucho más clara que la revelación de un secreto por parte de un náufrago al que Colón habría ''robado'' la autoría del descubrimiento de América. Mejor que la anécdota según la cual, el Confesor de Isabel de Castilla confió a su reina que realmente había tierras al Oeste, tras lo cual, Isabel pidió que llamaran nuevamente a Cristóbal Colón, cuyo proyecto los geógrafos habían rechazado.

Los Reyes Católicos recibieron a Colón, tras su regreso a España, en abril de 1493, y tuvieron la oportunidad de enterarse directamente de lo que había ocurrido unos meses antes en las Bahamas, Cuba, y Santo Domingo. De inmediato, pidieron a la Santa Sede que emitiera una bula al respecto. El 3 y el 4 de mayo Alejandro VI emitió tres bulas Inter caeteras, aunque parece que la Eximiae devotionis fue escrita en julio, y reenviada a Colón en agosto. Más tarde, Alejandro VI dictó una cuarta bula, Dudum siquidem.

Isabel de Castilla quiso asegurarse de igual manera que las Indias Occidentales quedaran libres de la presencia portuguesa y que los habitantes y pueblos de las Indias fueran sujetos de Derecho y de derechos antes incluso de saber quiénes y cómo eran, de manera que la nueva empresa fuera en verdad, evangelización y no un negocio de traficantes de esclavos. Cuando Colón le propuso financiar sus viajes vendiendo a los indios como esclavos, Isabel lo frenó. Lo obligó a liberar a los indios y devolverlos a su tierra. En su testamento, dejó las siguientes instrucciones: 

''(...) Mando que en cuanto que el Papa nos concedió las Islas y Tierra Firme del Mar Océano descubiertas y por descubrir, y como fue mi intención procurar, inducir y atraer a los pueblos que las pueblan a la fe católica, y enviar a las Islas y Tierra Firme prelados y religiosos y clérigos y otras personas doctas (...) para instruir a los moradores de aquellas tierras en la fe católica, y enseñarles buenas costumbres. A demás suplico al rey mi señor muy afectuosamente, y encargo y mando a la princesa, mi hija, y al príncipe, su marido, que así lo hagan y cumplan, y que esto sea su principal fin y en ello ponga mucha diligencia, y que no consientan ni den lugar a que los indios, vecinos y moradores de las Indias y Tierra Firme, ganadas y por ganar, reciban agravio alguno en sus personas ni bienes, antes al contrario que sean bien y justamente tratados, y si han recibido algún agravio que lo remedien y provean para que no se sobrepase en cosa alguna lo que en las cartas apostólicas de dicha concesión se mandaba y establecía''.

Isabel la Católica falleció en 1504, y dos años más tarde falleció Cristóbal Colón. En 1537, tras el Sermón de Montesinos de 1511, y la lucha por la justicia en la isla La Española iniciada en aquella fecha, los partidarios de la tradición fundada por Isabel de Castilla obtuvieron un rotundo éxito cuando Paulo III emitió la bula Sublimis Deus:

''(...) Todas las gentes que en el futuro llegasen al conocimiento de los cristianos, aunque vivan fuera de la fe cristiana, pueden usar, poseer y gozar libre y lícitamente de su libertad y del dominio de sus propiedades, que no deben ser reducidos a servidumbre y que todo lo que se hubiese hecho de otro modo es nulo y sin valor, [asimismo declaramos] que dichos indios y demás gentes deben ser invitados a abrazar la fe de Cristo a través de la predicación de la Palabra de Dios y con el ejemplo de una vida buena, no obstando nada en contrario''.


La isla Antilla, Antilia, o Antillia

Una isla ''Antillia'' aparece en el mapa de Bartolomé Pareto de 1455. Dado que la mayoría de los autores están de acuerdo en que Colón habría nacido en 1451, no tiene sentido que ''robara'' el ''secreto'' de la existencia de tierras al Oeste de las islas Canarias con cuatro años de edad. Y en el caso de que, -siguiendo a otros autores-, Colón habiera nacido en 1435, sería un veinteañero cuando este dato ya se conocía.



Pero sobre este tema tan interesante volveremos en la entrega siguiente.

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