sábado, 12 de octubre de 2013

La ruta de Colón. Colón tras la ruta de los arawak-taínos.

Colón tras la ruta de los arawak-taínos


Se conocen las peregrinaciones marítimas, realizadas con fines comerciales y religiosos, de los mayas del Postclásico. De hecho se han actualizado desde el año 2007.



Peregrinos del mar, desde el Golfo de México al Río de la Plata

Según los textos nahuas, estas peregrinaciones rituales son tan antiguas, que los autores de los documentos no se atrevieron a señalar una fecha de origen: ''sus sacerdotes los guiaban, y les iba mostrando el camino su dios''. (León Portilla, Los antiguos mexicanos).

Los relatos de los tupí-arawak también nos dicen que sus antepasados se dispersaron por casi toda la fachada atlántica de América, desde el Caribe al Río de la Plata, siguiendo la misma pauta cultural. La pregunta es: ¿lograron los arawak atravesar el Atlántico? ¿Lo hicieron ocasionalmente, o periódicamente? ¿Qué evidencias hay?

''Los indicios de los navegantes'' antes de 1492

Así tituló el Capítulo III de su obra, Hernando Colón, que fue historiador de su padre, al indicar ''las causas que movieron al Almirante al descubrimiento de las Indias''. Entre estos indicios, Hernando señala que Cristóbal estuvo muy atento a los siguientes, que eran evidencias de una ruta al Oeste:

1. Avistamientos de naves indígenas cerca de las costas de África y Europa. Se presentaron dos casos:

1.1. Avistamientos cerca de la costa: ''Supo [...] de los moradores del Cabo de la Verga que habían visto almadías y barcas cubiertas [techadas], de las que se creía que, yendo de una isla a otra, por la fuerza del temporal habían sido apartadas de su camino''. Tanto las almadías como las barcas techadas son típicamente americanas y los cronistas nos hablan permanentemente de ellas, desde el Caribe hasta el Río de la Plata. Si se hubiese tratado de embarcaciones de origen conocido, Colón no hubiera registrado con especial interés el hallazgo en una nota que Hernando encontró en su archivo. (Figura 1, literal D).

1.2. Avistamientos lejos de la costa. Diario de Cristóbal Colón, jueves 9 de agosto de 1492. Colón llega a la isla Gomera, en el archipiélago canario. Le informan que todos los años ven al oeste ''islas flotantes'' que aparecen y desaparecen. ''Dice el Almirante que juraban muchos hombres honrados españoles [...] que eran vecinos de la isla de Hierro, que cada año veían tierra [islas] al oeste de las Canarias [...] y otros de la Gomera, afirmaban otro tanto con juramento''.

''Dice aquí el Almirante que se acuerda de que estando en Portugal el año de 1484 vino uno de la isla de la Madera al Rey a pedirle una carabela para ir a esta tierra que veía, y siempre de una manera. Y también dice que se acuerda que lo mismo decían en la isla de los Azores, y todos estos en una derrota y en una manera de señal, y en una grandeza''. (Figura 1, Literales E, B y C).

Para entender por qué una embarcación indígena podía ser confundida con una isla, a distancia, recordar la descripción de una enorme canoa maya que fondeó en la isla de Guanaja, y de las islas flotantes que construyen los uros en el lago Titicaca. Las ''islas flotantes'' son un tipo de embarcaciones/ viviendas colectivas típicamente americanas, que se fabrican con juncos, cuyas raíces producen un tipo de gases que aseguran la flotación. La técnica es muy antigua: en la Antigüedad y la Edad Media ya se las había observado en el Atlántico.



2. Hallazgos de restos de naufragios en el Océano Atlántico. Se presentan dos casos:

2.1. Restos de madera labrada siguiendo una técnica desconocida: ''Conviene que se sepa que un Martín Vicente, piloto del Rey de Portugal, le dijo que hallándose en un viaje a 450 leguas del Poniente del Cabo de San Vicente [a 2.250 km de la costa de Portugal], había cogido del agua un madero ingeniosamente labrado, y no con hierro; de lo cual, y por haber soplado muchos días viento del Oeste, conoció que dicho leño venía de alguna isla que estaba al Poniente''. Los indígenas arawak usaban una técnica particular para trabajar la madera, característica de América. (Figura 1, Literal A).

''Pedro Correa, casado con una hermana de la mujer del Almirante, le dijo que él había visto en la isla de Puerto Santo, [al norte del Archipiélago de Madeira] otro madero, llevado por los mismos vientos, bien labrado como el anterior [...]''. (Figura 1, Literal B).

Pedro Correa también informó ''que igualmente habían llegado cañas [¿embarcaciones de cañas?] tan gruesas que de un nudo a otro cabían nueve garrafas de vino [...] no habiendo parajes en estas partes, donde nazcan semejantes cañas''. Las encontró parecidas a las que dice Plinio que hay en la India. También se encontraron restos de madera de pinos que no hay en la región.

Diario del Almirante, martes 11 de septiembre de 1492, Océano Atlántico, a 5 días de navegación desde la isla Gomera. ''Vieron un gran trozo de mástil de nave, de ciento veinte toneles, y no lo pudieron tomar''.

2.2. Cadáveres. ''Añadían algunos que en la isla de las Flores, la cual es una de las islas de las Azores, hallaron en la orilla dos hombres muertos, cuya cara y traza era diferente de la de sus costas''. (Figura 1, Literal C).

3. Señales de fuego hechas a distancia. Los indígenas colocaban o lanzaban antorchas a distancia para guiar a los navegantes en su ruta.

Diario de Cristóbal Colón, sábado, 15 de septiembre de 1492, Océano Atlántico, a 9 días de navegación desde el archipiélago canario. ''Y en esta noche al principio de ella vieron caer del cielo un maravilloso ramo de fuego en la mar, lejos de ellos cuatro o cinco leguas''.

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