domingo, 20 de octubre de 2013

Reino de España e Indias (6). Exploradores españoles e indígenas de las tierras australes de América del Sur: Estrecho de Magallanes, Tierra del Fuego y Malvinas (1).

En el transcurso de los años 1520 a 1586 (desde Fernando de Magallanes a Sarmiento de Gamboa) navegantes al servicio de la Corona española exploraron las tierras australes de América del Sur y de otros continentes. Miles de años antes ya habían sido descubiertas por los pueblos fueguinos y patagones entre otros. Los españoles y los pueblos indígenas australes son los antepasados de los actuales chilenos y argentinos.

La Patagonia, el Estrecho y las Islas Malvinas o Sansón

La expedición multinacional de Fernando de Magallanes incluía italianos, franceses, malayos, africanos y mestizos suramericanos, además de españoles y portugueses. Tuvo el mérito de navegar hasta los 52º de latitud Sur, en la Patagonia argentina.

El 28 de julio de 1520, una de las naves de la expedición, la San Antonio, descubrió las Islas Malvinas, que llamaron ''de Sansón o de los Gigantes''. Ya veremos por qué.

El 21 de octubre, Magallanes halló el Estrecho que lleva su nombre, y un mes más tarde, la salida al Océano Pacífico.

En este mapa de 1562, que firma Gutiérrez, se han dibujado con precisión los límites australes de América del Sur. Se pueden ver las costas de Patagonia, habitadas por ''gigantes'' (tehuelches), Tierra del Fuego, el Estrecho de Magallanes, las Islas Malvinas y otras islas australes.





























Las Islas de Sansón (Malvinas) y otras islas australes en el mapa de Gutiérrez de 1562


































Detalle del mapa de Diego Rivero, cartógrafo oficial de Castilla (1529), con el meridiano de Tordesillas, donde se ve el Estrecho de Magallanes, Tierra del Fuego y las Islas Malvinas. Tomado de Rolando Laguarda Trías, ''Nave española descubre las Islas Malvinas en 1520'', Montevideo, 1983.

















Copia francesa, de fines del siglo XVI del mapa original de las Islas Sansón o Malvinas por Andrés de San Martín, cartógrafo de la nave San Antonio. El Capitán de la nave era el portugués Alvaro da Mesquita. Tomado de Rolando Laguarda Trías, ''Nave española descubre las Islas Malvinas en 1520''.


Comparación de una foto satelital actual de las Islas Malvinas y el mapa de Andrés de San Martín.











Entre 1534 y 1539, se establecieron los límites de las Capitulaciones, correspondiendo el Estrecho de Magallanes, Tierra del Fuego, las Islas Malvinas y otras islas australes, a la jurisdicción de la Capitulación de Pero Sancho de la Hoz, mientras la Patagonia era señalada como ''Nueva León'' y el Río de la Plata como ''Nueva Andalucía''.















































Ruta de Fernando de Magallanes, desvío de la San Antonio y descubrimiento de las Islas Sansón o Malvinas.



Mapa de Ruscelli de 1562, donde también se pueden observar las islas Sansón o Malvinas.








En cumplimiento de las Reales Cédulas de 1534-1539, las Islas Sansón fueron exploradas en 1540. Una nave de la Armada del Obispo de Plasencia, Gutierre de Vargas Carvajal, que en agosto de 1539 zarpó de Sevilla con otras tres, a las órdenes de Francisco de Ribera, pero cuyo nombre se desconoce, -de ahí que se la identifique como ''Incógnita''-, encontró en las Islas Malvinas muchos zorros, además de troncos de árboles, que supusieron arrastrados desde el Estrecho de Magallanes por la corriente suroeste-noroeste de Malvinas; y pastos quemados, aunque no se especifica si de forma natural o artificial. Todos los detalles que aparecen en las Relaciones de la ''Incógnita'', tales como cerros, ensenadas, canales y estrechos, dirección de los vientos, tipo de vegetación y fauna, indican que las islas exploradas fueron las Malvinas, y que en el transcurso de la exploración, pudieron haber hallado huellas de presencia indígena.

¿Conocían los indígenas las Islas Sansón?

Ahora vamos a ver una hipótesis de Ruiz Guiñazú que Laguarda Trías desecha, pero en nuestra opinión, tratándose de Malvinas, no se puede desechar ninguna.

La ''antiquísima tradición'', y también Barco Centenera (1602), sostiene que gente de linaje tupí pobló toda América del Sur, desde el Caribe hasta el Estrecho de Magallanes: ''Comienzan a poblar toda la tierra [...]/ Mahomas, Epuanes y Calchines,/ Agaces, y Nogoes, y Sanafines,/ Maures, Tecos, Sansoues, Mogoznaes,/ El Paraná abajo, y a los fines/ habitan los malditos Charruaes,/ Naúes y Mepenes, Chiloazas;/ a pesca todos dados y a las cazas'' dice la epopeya La Argentina, escrita por Barco Centenera.


Podemos identificar a estos sublinajes como grupos históricos. Es muy importante la mención que hace de los charrúas, que habitaron Entre Ríos, Uruguay, y la provincia de Buenos Aires, entre otras regiones; lo de ''malditos'' es por la guerra sin cuartel que les hicieron a los españoles durante 300 años. 

Barco Centenera sugiere que los charrúas eran de linaje tupí. Eso es muy interesante porque en general, se supone que los charrúas eran de origen pampa (chonik o tehuelches); pero en realidad eran un grupo mestizo, que presentaba diferentes niveles de desarrollo cultural -según el testimonio de Pero Lopes de Souza, por ejemplo, habrían sido grandes navegantes-; se los presenta también como una ''macroetnia''.

Navegación indígena de Tierra del Fuego (1606). La canoa aquí dibujada se corresponde con las descripciones que tenemos de lo que fueron las canoas fueguinas. Por ejemplo, que encendían fuego a bordo como se ve aquí.


Los chonik, eran un grupo no tupí o tapuia, -anterior a la llegada de los tupí- cuya influencia cultural se extendía desde el Río de la Plata hasta Tierra del Fuego; pero nada impide que se mestizaran con los tupí dando lugar a grupos intermedios como los charrúas; de ahí que Barco Centenera diga que los descendientes de los tupí llegaron hasta el Estrecho de Magallanes.

¿Quiénes fueron los Sansoues o Sansones?

Sansoues o Sansones, -como escribe Pedro de Angelis- serían, según Barco Centenera, los miembros de un sublinaje tupí. Tupí-sansones, entonces, o tupí-sansón. En el mapa de Ruscelli, de 1562, se observan claramente, entre los 55 y 50º Sur, y a la entrada del Estrecho de Magallanes, unas ''Yslas de Sansón'' (Ver Figuras de la galería de imágenes). En la copia realizada en 1586 de la carta náutica de 1520 del sevillano Andrés de San Martín, discípulo de Américo Vespucio y cartógrafo de la expedición de Magallanes, se lee ''Islas de Sansón o de los Gigantes''.

Nos preguntamos: ¿por qué esta aclaración del cartógrafo de Magallanes ''de Sansón o de los Gigantes''? ¿Eran los sansones un grupo patagónico (es decir tehuelche o chonik), de ahí lo de ''gigantes''? ¿La pronunciación correcta del nombre es ''sansoue'', pero los españoles los asimilaron, por sus características físicas con el mítico Sansón? ¿Habitaban los tupí-sansoue las Islas Malvinas en 1520? ¿Eran un grupo mestizo de tipo tupí-patagónico, como los charrúas? ¿La palabra correcta es sansones y la etimología de sansones es san tsonek, siendo esta última, la lengua de los tehuelches, y tsoneka quien la habla como lengua materna?

Las ''Islas de Sansón'' o ''Islas Sansón'' o ''Islas San Sone'', se encuentran, donde hoy aparecen las Islas Malvinas, -además de en los mapas ya referidos- en las cartas náuticas de Juan Sebastián Elcano (1523, el Segundo al mando y sucesor de Magallanes); de Diego Ribeiro (1527 y 1529); en el mapa anónimo incluido en su obra por Pedro Mártir de Anglería (1534); en el Islario de Alonso de Santa Cruz (1541); de Juan Bautista Agnese (1536-1541); de Sebastián Gaboto (1544); y de Bartolomé Olives (1562), entre otros.

¿Un descubrimiento indígena-español?

''Gómez, al volver de América, cedió a Diego de Ribero un indio 'lengua' (intérprete) llamado Diego, en el año 1525''. ('Listas que se sucedieron con ciertos indios'. Archivo General de Indias. Contaduría 427. Nº 2)''. El descubrimiento de las Islas Malvinas (Aporte para un estudio crítico), Contraalmirante (R.S.), D. Laurio H. Destefani, Bs As, 1981, pág. 21.

Diego de Ribero, Ribero, Rivero o Ribeiro, -como suele aparecer escrito- fue el ''Cosmógrafo, maestro de hacer cartas y otros instrumentos de fabricación'' portugués que trabajó para el gobierno español de la época desde 1518. En 1529 enfrentó un desafío tan exigente como realizar un Mapamundi actualizado. Esteban Gómez o Gomes fue el piloto portugués de la expedición de Hernando de Magallanes (también portugués pero a las órdenes de la Corona de Castilla) que abandonó la empresa antes de cruzar por el Estrecho, descubriendo o difundiendo posteriormente el hallazgo de las Islas Malvinas al llegar a Sevilla el 6 de mayo de 1521.

En concreto, Esteban Gómez, piloto de la nave San Antonio, trasmitió este descubrimiento al cosmógrafo oficial Diego Ribeiro, y el resultado se puede ver en la Figura correspondiente, donde apreciamos el detalle de las ''Islas de los Patos [pingüinos] y de Sansón''. Pero Diego Ribeiro no trabajó solo; un experto indígena bautizado también Diego, fue su colaborador, según consta en el Archivo de Indias.

Nos preguntamos: ¿por qué Esteban Gómez llevaría consigo un guía indígena -no sabemos si de Suramérica o Norteamérica donde también estuvo- si supuestamente nuestros indios no conocían bien las costas e islas del continente? ¿Y por qué al Cosmógrafo oficial del Reino le resultaría tan útil la colaboración de este indígena? ¿Lo asesoraría sobre las Islas Malvinas?

Las Joiuen Tsoneka o Karlem-shenik de los tehuelches

Los españoles y los chónek son los antepasados de buena parte de los chilenos y argentinos actuales. Las Joiuen Tsoneka recopiladas por Mario Echeverría son algo así como la versión tehuelche de la Teogonía de Hesíodo y de las Sagas vikingas. Narran la historia de la creación del mundo, de los dioses, héroes y gigantes. Ellas también nos arrojan algo de luz sobre las Islas Malvinas.

Dicen las Karlem-shenik que en un tiempo remoto, cuando no había tierra, sol, ni mar, sino solo la oscuridad húmeda, el eterno Kòoch formó con sus lágrimas Arrok, el Mar Originario. Luego suspiró, y de su suspiro nació Xòchem, el Viento Originario, que disipó las tinieblas. Más tarde, el giro de su mano originó una chispa de la que nació Xàleshen, el Sol. Luego Kòoch hizo surgir de Arrok una isla muy grande donde puso animales, pájaros, insectos y peces. La vida era tan dulce en la Isla Primigenia, que el Creador, luego de formar una isla gemela, se alejó feliz, allá, tras el horizonte.

Nos preguntamos: un pueblo en cuya imaginación mitológica destacan el mar, los fenómenos marinos, los dioses creadores de islas, entre ellas, las islas gemelas, (como también es el caso de las Islas Malvinas, formadas por Gran Malvina y Soledad, de 260 por 160 km, 15 islas mayores de 20 km, un centenar de islas menores y otro centenar más de islotes), ¿les pasaría inadvertido el archipiélago malvinense, situado a solo 346 km del cabo San Juan de Salvamento en la isla de los Estados?

Pero sigamos, porque en la isla de Kóoch nació un héroe llamado Elal o El-lal, quien, modelando estatuillas de barro creó a las personas, a los chónek, a quienes enseñó todos los secretos de la civilización. Un día Elal reunió a los chónek, les dio las últimas instrucciones y se despidió de ellos. Llamó al Cisne mítico, se subió en su lomo, y así montado, voló en dirección al este, sobre el mar.

Era tan largo el viaje, que el Cisne se cansaba. Entonces, para que pudiera descansar, Elal disparaba cada tanto una flecha en el mar, y la flecha se convertía en una isla donde el Cisne podía detenerse. Estas islas pueden verse desde la costa, pero en alguna de ellas, donde ningún hombre vivo puede llegar, habita Elal, sentado frente a hogueras que nunca se extinguen. Cuando los tehuelches mueren, Wendéunk, que lleva la cuenta de las buenas y malas acciones de los hombres, conduce a los resucitados en presencia de Elal.

Elal nació en la Isla de Kóoch, donde Tons, la Oscuridad, parió a los Gigantes. Uno de ellos, Nòshtex, fue el padre de Elal. Nòshtex raptó a la nube Teo, haciendo enojar a sus hermanas y provocando un Diluvio. Kóoch, disgustado, castigó a Nóshtex prometiendo que si de aquel rapto nacía una criatura, esta sería más poderosa que su padre.



De San Chónek a San Sone, y San Sansón

Nos preguntamos si las Islas Malvinas no serían para los tehuelches lo mismo que las Islas Afortunadas (Azores, Madeira y Canarias) para los pueblos mediterráneos. Un lugar feliz, adonde van las almas de los muertos; los restos de una mítica Atlántida. Solo que las Islas Afortunadas están en el mítico Oeste y las Islas Malvinas en el mítico Este. Nos preguntamos si la isla donde Elal reside y la isla donde Elal nació, la isla de los Gigantes, -que los chónek, quienes conocen el Pacífico, sitúan en el Atlántico- no debemos buscarlas en el archipiélago malvinense, o incluso, si no son la Gran Malvina.

Nos preguntamos si los miembros de la expedición de Magallanes no llamaron San Chónek o San Tsónek a Elal por ser algo así como un santo patrono de los chónek, y si no identificaron a Elal con el bíblico Sansón. ¿Por qué Sansón y no otro héroe bíblico? Según Rolando Laguarda Trías, porque los expedicionarios llegaron allí un 28 de julio, casualmente, la festividad de San (San)són, que suena casi igual que San Chónek (San Son).

La razón que habría llevado a los marineros de la expedición de Magallanes a suponer que en la isla se adoraba a un santo, surge de la propia mitología indígena. Como en otras partes de América pudo haber peregrinaciones marítimas rituales en canoas, en este caso hacia la Gran Malvina. Los marineros europeos observarían los ritos y asociarían al héroe chónek con Sansón y con San Sansón, sobre todo teniendo en cuenta que el día de arribada a la isla sería el de San Sansón.

El origen del nombre ''Islas de Sansón''

''Kòoch se dedicó a su obra maestra. Primero hizo surgir del agua una isla muy grande, después puso allí los animales, los pájaros, los insectos y los peces. [...] La vida era dulce en la pacífica isla de Kòoch. Entonces, el creador, satisfecho, se alejó cruzando el mar. A su paso hizo surgir otra isla cercana y se marchó rumbo al horizonte, de donde nunca más volvió.Y así hubieran seguido las cosas en la isla de no ser por el nacimiento de los Gigantes, los hijos de Tons, la oscuridad''. Leyenda tehuelche.

La Isla de los Gigantes

En 1586, un fraile franciscano llamado André Thevet, escribió un estudio que tituló Le grand insulaire, donde incluyó un mapa de las ''Islas de Sansón o de los Gigantes'' (Les Isles de Sanson óu des Geantz), -nombre que se lee sobre el mapa de la Figura correspondiente- el cual dice ser copia de otro mapa, aportado por los expedicionarios portugueses de Magallanes (1519-1522).

Según escribe el historiador uruguayo Rolando Laguarda Trías en ''Nave española descubre las Islas Malvinas en 1520'', al mapa lo obtuvo Thevet en Lisboa hacia 1563-1567 de ''un viejo capitán y buen piloto portugués de Magallanes que visitó esas islas''. Era Alvaro da Mesquita, capitán de la nave San Antonio entre diciembre de 1519 y noviembre de 1520, en que se produjo un motín a bordo, dirigido por Esteban Gomes. El autor del mapa original era el sevillano Andrés de San Martín. Laguarda Trías, por su parte, obtuvo el mapa de Roger Hervé, bibliotecario de París.

En cuanto al origen del nombre ''Isla de los Gigantes'' nos dice Laguarda Trías que ''solo pudo ser sugerido o inspirado por el gigantismo de los indígenas de San Julián y como durante los dos primeros meses de la estada en ese puerto -abril y mayo- los expedicionarios de Magallanes no vieron a ningún indígena, el hecho significa que solo después de junio de 1520 el nombre de Gigantes pudo ser aplicado a la isla''.

Cuando encontraron a los ''gigantes'', estos resultaron ser los indios tehuelches, chónek, tzonn' ek, tsonek, sone, sansoues o sansones, los cuales, en sus cosmogonías contaban historias como la que ya relatamos. De manera que las apariciones de ''gigantes'' pueden ser una mezcla de realidad (los europeos de la época medían 1,60 metros de altura) y elementos ficticios.

Además de la leyenda tehuelche, circulaban con anticipación entre los marineros de Magallanes, los relatos de la novela ''Primaleón'', impresa en Salamanca en 1512, cuyo personaje central es el gigante Patagón. Según el diario de Antonio Pigafetta, cronista de la expedición, el encuentro con indígenas tuvo lugar dos meses después de que llegaron al Puerto de San Julián (31/03/1520). (Patacunia también era el nombre quechua de la región).

La expedición de Magallanes descubre las islas y hace el primer mapa

Dice Laguarda Trías que el intervalo en que las islas fueron descubiertas por la nave San Antonio a las órdenes de Alvaro da Mesquita queda comprendido entre junio de 1520 y el 24 de agosto de 1520. A este dato agrega el cronista Antonio de Herrera que Andrés de San Martín ''salió a tierra con los instrumentos, a 21 de julio, para experimentar la manera de tomar la latitud''. El buen tiempo reinante -que posibilitó tomar la latitud mediante observación del cielo despejado- hizo que Magallanes pensara que había condiciones de navegabilidad para que la nave San Antonio explorara la zona. Esta partió el 23 de julio, y el día 28 alcanzó las Islas Sansón o Malvinas.

Esteban Gómez, quien a principios de noviembre se amotinó tomando el control de la nave San Antonio y desertando de la expedición, no estaba presente en ese momento, por eso, cuando trasmitió el descubrimiento al cartógrafo oficial Diego Ribeiro (''hallamos unas islas nunca antes vistas'') lo hizo con imprecisiones. Magallanes, que no podía creer la traición, se quedó esperándolo antes de cruzar el Estrecho. La nave San Antonio tenía provisiones en abundancia. Los expedicionarios que continuaron el viaje con Magallanes pasaron necesidades extremas al cruzar el Pacífico.

La Isla del héroe Elal-Sansón y del santo San Sansón

Dice la leyenda tehuelche que cuando Kòoch separó la tierra de las aguas, se formó la Patagonia, con el Océano Pacífico y el Océano Atlántico, del cual hizo surgir la Isla Primigenia y la Isla Gemela.

''La Patagonia era sólo hielo y nieve cuando el cisne Kokn la cruzó, volando por primera vez. Venía desde mas allá del mar, de la Isla Divina donde Kóoch había creado la vida y donde habia nacido Elal, -el hijo del Gigante Nòshtex, quien raptó a Teo, la nube-, a quien cargó en su blanco lomo hasta depositarlo sobre la cumbre del cerro Chaltén [...]''.

''Detrás del cisne volaron el resto de los pájaros, los peces los siguieron por el agua y los animales terrestres cruzaron el océano a bordo de unos y de otros. Así la nueva tierra se pobló de guanacos, de liebres y de zorros; los patos y los flamencos ocuparon las lagunas, y surcaron por primera vez el desnudo cielo patagónico los chingolos, los chorlos, y los cóndores. Por eso Elal no estuvo solo en el Chaltén: los pajaros le trajeron alimentos y lo cobijaron entre sus plumas suaves''.

El mito sugiere las migraciones de las aves, y hasta de los mamíferos -tal vez sobre témpanos flotantes, en las circunstancias de un deshielo-, desde las Islas Malvinas al continente. (A la inversa de lo que sería el caso del zorro malvinero). Los expedicionarios asimilarían a Elal con Sansón, primero por su condición de héroe, y segundo, por su condición de San Sone (según el mapa de Gaboto) o San Son (mapa de Agnese), es decir, de santo patrono de los tsonek o tzonn' ek. En tercer lugar, por la razón esgrimida por Laguarda Trías de que el 28 de julio -día del descubrimiento-, según el santoral católico es la festividad de San Sansón.

La clave tehuelche

''Un día, poco antes del amanecer, Elal reunió a los chónek para despedirse de ellos y darles las últimas instrucciones [...] Y cuando el sol ya se asomaba en el horizonte Elal llamó al cisne, su viejo compañero. Se subió a su lomo y le indicó con un gesto el este ardiente. Entonces el cisne se alejó del acantilado, corrió un trecho y levantó vuelo por encima del mar [...] Cuando el cisne se quejaba, Elal disparaba una flecha hacia abajo, y con cada flechazo surgía en el agua una isla donde era posible posarse a descansar''.

Es evidente que sin conocimiento de este relato, hay hechos históricos que nunca se hubieran producido. Hernando de Magallanes no hubiera enviado, el 23 de julio de 1520, a Alvaro da Mesquita con la nave San Antonio a explorar el sureste. Y en el curso de esa exploración, los exploradores nunca se hubieran encontrado con las Islas Malvinas, cuya existencia y posición exacta no podían adivinar, por más referencias que tuvieran de Américo Vespucio.

Por el contrario, Alvaro da Mesquita salió del puerto de San Julián -que no se encuentra precisamente frente a las Islas Malvinas, como Río Gallegos, e incluso esta última localidad dista 543 km del archipiélago-, y luego de 5 días de navegación, prácticamente en línea recta -aunque pudo haberse detenido en el ya explorado puerto de Santa Cruz, entre San Julián y Río Gallegos-, llegó directo a las Islas Malvinas.

Y para rematarla, el cartógrafo de la expedición, Andrés de San Martín, elaboró uno de los mapas más precisos que se conocen, bautizando las islas con un nombre bien definido, que no es la simple traslación de un nombre del santoral: ''Islas de Sansón o de los Gigantes''. Estas circunstancias serían imposibles, cuando no absurdas y disparatadas, sin la leyenda tehuelche, que concluye de la siguiente manera:

''Dicen que varias islas se distinguen todavía desde la costa patagónica y que en alguna de ellas muy lejos, donde ningún hombre puede llegar vivo, reside Elal. Sentado frente a hogueras que nunca se extinguen, escucha las historias que le cuentan los tehuelches, que resucitados, viajan cada tanto para quedarse con él, guiados por el magnánimo Wendéunk''. Leyenda tehuelche.

Por lo tanto, encontrar la ''clave tehuelche'' consistirá en establecer bajo qué circunstancias los expedicionarios de Magallanes pudieron tomar contacto con los relatos tradicionales sobre Elal (que asociarían con Sansón) y los Gigantes. No vamos a encontrar un documento definitivo, ya que el grueso de la documentación de la expedición de Magallanes y de Alvaro da Mesquita se perdió (o fue sustraída por manos interesadas). Entre otras cosas se perdió un tratado sobre las Islas Malvinas, escrito por Andrés de San Martín, que acompañaba su célebre mapa de las ''Islas de Sansón o de los Gigantes''. Con más razón debió perderse la información proporcionada directamente por los tehuelches.

Pero la leyenda tehuelche (o aónikenk) existe, y el mapa existe. Como veremos más adelante, ninguna de las dos fuentes ofrece la menor duda de que se refieren a las Islas Malvinas, y de que además existe algún tipo de conexión entre ellas.

La leyenda en sí misma esclarece una serie de problemas. Por ejemplo, el hecho de que los tehuelches no se establecieran en las Islas Malvinas, no quiere decir que no las conocieran, que no las tuvieran integradas a su visión del mundo, o que no realizaran allí ritos vinculadas con creencias escatológicas sobre la vida, la muerte, la resurrección y el destino de las almas; o bien rituales ígneos asociados con los fuegos eternos de Elal. No en vano a la región se la llamó ''Tierra del Fuego''. No en vano una expedición de 1540 encontró en las Malvinas manchas de pasto quemado intencionalmente. Estos indicios nos acercan a los verdaderos descubridores del archipiélago.

De manera que para poder reconstruir los acontecimientos y el tipo de información que los tehuelches pudieron proporcionar a los expedicionarios de Magallanes, en los próximos artículos haremos una interpretación a partir de una lectura lo más atenta posible de las fuentes que se han conservado.

Las exploraciones de Sarmiento de Gamboa

Sarmiento de Gamboa nació en Alcalá de Henares en 1532, y desapareció en el Océano Atlántico, en 1592, después de haber sido capturado por los ingleses.

En 1550 navegó por el Mar del Sur (Océano Pacífico) acompañando la expedición de Mendaña, explorador que descubrió las Islas Salomón y el Estrecho de Torres en 1568.

A Sarmiento de Gamboa se le encomendó perseguir la piratería inglesa en el Océano Pacífico, el Estrecho de Magallanes y Tierra del Fuego, especialmente al pirata Francis Drake. Por consejo de Sarmiento de Gamboa, Felipe II autorizó la fundación de una colonia en el Estrecho, en el Puerto del Hambre, que recibió el nombre de Ciudad del Rey Felipe. Para premiar el mérito, Felipe II lo nombró, en 1581, Capitán General y Gobernador del Estrecho.

En ese mismo año, realizó diversas investigaciones sobre el astrolabio, la brújula, y la corrección de mapas. Ideó un método nuevo para medir la longitud e introdujo técnicas nuevas para la fabricación de galeones. Sus exploraciones constan en la Relación y derrotero del viaje y descubrimiento del Estrecho de la Madre de Dios, antes llamado de Magallanes.

En 1586, fue apresado por piratas ingleses y más tarde por hugonotes en el Océano Atlántico. Tras ser liberado, desapareció en el Océano en 1592 y no se volvió a saber de él.

Vea también en este blog la segunda parte del tema: ''Exploradores de los siglos XVI, XVII y XVIII en la Patagonia''






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